· Informar y explicar a los hijos la decisión (de modo conjunto, padre y madre).
· Tener previstos todos los cambios que se vayan a producir en la vida de los niños, informar sobre ellos y resolver todas las dudas que planteen.
· Permitir y alentar a los niños a expresar sus sentimientos, aceptándolos, aunque sean de ira hacia los progenitores.
· Mantener una actitud de respeto mutuo, intentando evitar culpabilizar a ninguno de los progenitores.
· Favorecer una relación positiva con ambos progenitores.
· No pedir a los niños que tomen partido por uno u otro progenitor. Los niños necesitan a ambos.
· Dejar claro que la ruptura conyugal no es una ruptura con los hijos y que no afecta a los sentimientos de los padres hacia ellos.
· No culpabilizarles.
Rosa Mª Lindo Ortiz.
Mediadora Familiar y de Menores nº 1374.